jueves, 14 de abril de 2011

NUEVO CANAL DE YOUTUBE

Nuevo canal para que nuestros lectores disfruten tambien los videos de nuestro website , tendremos musica, bellas mujeres, amor, consejos, sitios turisticos, y mucho mas!! 



miércoles, 13 de abril de 2011

COLOMBIAN WOMEN MUJERES COLOMBIANAS COLOMBIAN MATCH

LAS MUJERES COLOMBIANAS SON LAS MUJERES MAS BELLAS DEL MUNDO , SON COMO LAS FLORES HERMOSAS, CON GRACIA Y MUY INTERESANTES SI QUIERES CONOCERLAS HAY UN SITIO QUE TE AYUDA Y ES : http://www.colombian-match.com/

AQUI HAY UNA MUESTRA DE QUE LAS MUJERES COLOMBIANAS O COLOMBIAN WOMEN SON LAS MAS HERMOSAS!!


martes, 12 de abril de 2011

MUJERES COLOMBIANAS ( COLOMBIAN WOMEN ) LAS MAS HERMOSAS DEL MUNDO..

las mujeres colombianas son consideradas como unas de las mujeres mas hermosas del mundo, y por algo debe ser , pues las colombianas lo tienen todo, cara, cuerpo e inteligencia , son buenas mujeres, trabajadoras y divertidas ademas talentosas , vemos a shakira, una mujer bella pero muy talentosa , las mujeres colombianas son de cuerpos voluptuosos, buenas caderas, piernas hermosas ,y hermoso rostro, es por eso que todo hombre extranjero que llega a este pais se vuelve loco con tanta belleza en las calle o a cualquier lugar que va hay mujeres hermosas e interesantes.VER MAS : http://www.colombian-match.com/  




son mujeres que les gusta cuidar su aperiencia y por lo tanto siempre estan bien arregladas en cualquier situacion, son felices y por eso los hombres extranjeros desean tanto tener una relacion con una mujer colombiana, por que despues de tener una relaciona con una chica colombiana no queras cambiarla por nada . las mujeres colombianas son lo mejor, la mujer indicada para cualquier tipo de hombre.
les recomendamos un sitio web donde pueden conocer a mujeres colombianas bellas , inteligentes y sexys , seguro se van a enamorar.









lunes, 4 de abril de 2011

PRIMER BESO DE UNA RELACION

1. Algo espontáneo y sencillo. Quizás tu primer beso debe ser algo espontáneo y sencillo, que te salga del corazón y hacerlo con una pareja que realmente te guste y en el momento oportuno.
2. No tengas prisa. La vida es muy larga. No tengas prisa en besar. Es mejor hacerlo con la persona que te gusta y en el momento oportuno que dilapidar energías que lo devalúen. Algunos jovenzuelos que se dieron mucha prisa en besar, tuvieron que dejar pasar muchos años para descubrir un verdadero beso...
3. Hazlo con alguien que te guste realmente. No hagas experimentos: no los necesitas. Hazlo con alguien que te guste... besar es algo especial y personal.
4. Hazlo en el momento oportuno. No estés obsesionado /a con tu primer beso. Es mejor que emplees tus energías en crear momentos, sentimientos, conversaciones románticas, complicidad... No actúes como si el primer beso fuera la meta o el fin... es mejor que sea una consecuencia...
5. Besar es cosa de dos. Concéntra tu atención en la persona que quieres dar el primer beso. Interpreta sus deseos y su forma de ser. Quizás tu has besado mucho y tu pareja no. Si es el caso, en vez de mostrarte prepotente e intentar demostrar todo lo que sabes a tu pareja, es mucho mejor que seas tierno, comprensivo, paciente, delicado... Si para los dos es vuestro primer beso, no os preocupeis en hacerlo bien... si juntais los labios, aunque sea brevemente, la chispa saltará si sois "compatibles" y lo hacéis en el momento adecuado.
6. Preparativos. Si estás en una primera cita y se producirá un primer beso, quizás vayas más relajada /o si tienes un aliento fresco, te has humedecido o suavizado tus labios, etc.... Pero no dejes que estos preparativos te pongan nervioso y te obsesionen. Si no encuentras el momento adecuado para besar, no pasa nada; si las cosas han ido bien, habrá más oportunidades.
7. No te empeñes en dar un beso largo o complejo. Los primeros besos si son breves saben mejor, aunque siempre será lo que pida el momento y la pareja.. Pero un primer beso beso sencillo y breve en el momento propicio será perfecto e inolvidable.
8. Hablar, hablar, hablar mirar, tocar, besar... Habla, gánate la confianza de tu pareja, hazla reír... habla con la mirada, mírala con complicidad, tócala, coge su mano, bésala...
9. Primer beso espontáneno, sencillo... Insistimos déjate llevar por la espontaneidad, tus sentimientos y tu corazón. Recuerda, para empezar, lo bueno, si breve, dos veces bueno.
10. Mejorar tus besos. Tienes todo el tiempo del mundo para mejorar. Y si te animas a mejorar..
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jueves, 31 de marzo de 2011

Claves para desenamorar a un hombre


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Tanto si desea sacarse un mal “partido” de encima como si quiere saber que no debe hacer para retener a ese candidato que tanto le interesa, esta nota será de su interés.

El sitio Terra publicó una serie de consejos para tener en cuenta a la hora de encarar una relación. Una relación que quiera que prospere, obvio.

Al parecer, hay ciertas cosas que “espantan” a cualquier hombre. A saber:

No aceptar a sus amigos
No querer a sus amigos, y además criticarlos. Nada más molesto para un hombre que la mujer de la que se está enamorando hable mal de sus amigos.

Olvidar depilarse
Nada que frene más a un hombre que estar acariciando una pierna y encontrarse con vellos. Recuerda que si lo quieres mantener a tus pies siempre debes estar depilada.

Nunca tener una opinión 
Pese a que muchos hombres hacen ver que no hay nada como una mujer bella y no les importa la inteligencia, ellos no prefieren a alguien que no tengan temas de conversación interesantes, que les quede grande resolver cualquier inquietud, así que, saque a relucir toda la inteligencia que tiene.

La mala cara
La mala cara, muy común entre las mujeres, es detestada por ellos. Una buena sonrisa siempre enamora.

Sin objetivos claros
Se refiere a la falta de aspiraciones. Más allá de ellos, en realidad, debes fijar unas metas y objetivos claros. Un detalle no menor que desenamora es una mujer que solo quiera quedarse en la casa y ya.

Dependencia total
Que sea intensa, llamándolo todo el día, peleando por todo, estando encima de él como un oso. Nada peor para ellos que esa intensidad.

La falta de detalles
Sí, ellos deben conquistarnos pero de vez en cuando es bueno dar también. No dude en darle ese detallito para que no quiera irse de su lado.

Siempre decir “no”
Ellos aman el sexo, piensan en sexo, sueñan con sexo y si la mujer con la que están siempre les está diciendo no, huirán. Si no le gusta algo, cuéntele qué es lo que siente.

Dejar que pague todo
Si llega el momento de la cuenta y por décima vez él debe pagar todo, poco le gustará. Una vez invite usted. De vez en cuando ayude con la cuenta, eso lo enamorará.

No ser femenina
Los hombres adoran a las mujeres delicadas, pero seguras. No descuide su apariencia, intente estar siempre bien arreglada, verse bonita.

miércoles, 30 de marzo de 2011

La autoestima y la relación de parejas


La relación de parejas puede determinar la autoestima en sus miembros. Esto quiere decir que cuanto más amor verdadero y respeto haya en las relaciones de parejas, más se verá beneficiada y fortalecida, la autoestima de cada uno de los integrantes de esa pareja.

La autoestima se podría denominar como el amor a sí mismo, la confianza en uno mismo, el valor que cada uno de nosotros le da a su persona.

Esta autoestima va a estar relacionada con diversos aspectos como la historia personal de cada uno, su situación actual, aspectos de tipo biológico y entre otras cosas, su pareja.

La pareja puede operar como fortalecedora de la autoestima o como debilitadora. En éste último término la relación de pareja no estaría funcionando de forma sana, sino todo lo contrario, ya que se supone que la pareja tiene que operar como fortalecedora de la autoestima. Un ejemplo de una pareja que opere como debilitadora de la autoestima de uno de sus miembros es el caso de una parejaen la cual uno maltrata a otro, tanto física como psicológicamente.

En suma, la autoestima está ligada de modo tal en la relación de pareja, que si la pareja está funcionando de forma sana y con amor real, tendría que operar positivamente, en la autoestima de sus miembros.

martes, 29 de marzo de 2011

El verdadero amor no permite la violencia

Tenemos unas pocas palabras que aceptan los actos de abuso y alientan a las víctimas a tolerar la violencia. Ellos dicen: "Todo se vale en el amor y la guerra." Así que una persona con pensamientos distorsionados no le importa asustar y controlar a su pareja, a la persona que "ama". Es egoísta creer que "El hombre es el rey, y su casa es su reino. Su reino es suyo para gobernar”.


Por otro lado, una persona maltratada puede ser asesorada por la gente de bien, "Tienes que tomar lo bueno y lo malo." El problema es que lo "bueno", es decir, el amor, sólo pesa un gramo, mientras que lo "malo" es decir, la rabia violenta, pesa una tonelada. Mucha gente soporta el peso de una tonelada por sobre un gramo de alivio diciéndose a sí mismos, "Realmente me ama como nadie lo hizo. Tengo que tolerar sus enojos de vez en cuando. "

Algunas personas falsamente tienen esperanza, " Es inseguro/a de mí. Una vez que nos casemos, esta violencia no va a suceder." En otro caso, una víctima puede tener una idea equivocada del amor y pensar: "Mi amor es verdadero amor. Sólo la muerte nos separara y nada más." A veces, por desgracia, es la muerte la consecuencia de convivir con una persona violenta.

La violencia no es amor, la violencia es odio. No hay que confundir estos términos (osentimientos). El amor no tiene que doler físicamente. El dolor en el amor son los dolores del corazón. El amor no deja cicatrices y magulladuras físicas. El amor no es cubrirse con vendas y yesos del hospital o cubrir los golpes con maquillaje.


El nombre para un acto tan violento es "asalto". El asalto proviene del odio, la violencia no es un accidente, es una actitud tomada por una persona y nadie debería pasar por ello nunca, sea el motivo que sea, nadie se merece ser golpeado.

Las bases del amor son la confianza y el respeto y no se debe olvidar que cada persona es libre de vivir su vida y que nadie es dueño del otro

lunes, 28 de marzo de 2011

El amor y el dinero



Durante el noviazgo, la relación parece estar salpicada de magia. No hay límites. Se ama con intensidad y se gasta con locura. A la pareja no le importa cuánto invierte en regalos o salidas a cenar.
Esa emoción culmina en la compra de un anillo de compromiso, la boda de sus sueños y una luna de miel exótica. Después llega la realidad: hay que pagar las facturas, eso podría cambiar su vida y dañar la relación."Las parejas deben poner los pies sobre la tierra y hablar seriamente sobre el dinero antes de hacer compromisos para toda la vida", recomienda Gail Cunningham, portavoz de la Fundación Nacional de Consejería de Crédito (NFCC).No es necesario ser rico ni tener un buen salario, es recomendable para todas las parejas hacer cuentas claras y hablar de dinero para evitar problemas luego de comprometerse.
Cunningham dice que al casarse o vivir juntos, cada persona llega a la relación con un equipaje económico, algunos con una buena solvencia económica, otros con deudas -a veces insignificantes- o sin experiencia en el manejo de dinero.
"Por eso es importante hablarlo antes. Las diferencias económicas se deben enfrentar claramente", enfatiza la experta en finanzas.Mabel Iam, psicoterapeuta, experta en relaciones de pareja y autora de numerosos libros sobre autoayuda, dice que situaciones como estas son relativamente normales en la pareja.En su libro Te amo…¿para siempre?, la autora expone que toda relación es vulnerable a cambios, crisis y transformaciones.
"Una vez pasada la fase pasional [que se vive al inicio de la relación], cuando la euforia erótica se ha debilitado, las personas recuperan su carácter verdadero y surgen rasgos temperamentales habituales, que no siempre satisfacen al otro", explica, y agrega: "La mayoría de las personas, por no decir todas, tenemos algunas partes de nuestra personalidad que sabemos que tenemos que modificar, pero no nos gusta la idea".
Antes de casarse, Elsa e Israel Anaya disfrutaban de lo que tenían y ganaban cada uno. Ella siempre fue muy consciente de sus gastos y limitaciones, pero
Israel tenía todas las características del novio halagador y complaciente. Meses antes del matrimonio, Elsa había comprado una casa, responsabilidad que él asumiría una vez casados. Además, compartían una deuda de 10 mil dólares de su pequeña pero hermosa boda."Para él ha sido un shock, porque ahora hay gastos fijos que cubrir y salimos a divertirnos muy rara vez", explica Elsa.Elsa e Israel tuvieron que enfrentar los primeros problemas de su matrimonio como resultado de sus finanzas.
Israel tiene su propio negocio de carpintería y, aunque es experto en lo que hace, no tiene mucho dominio en el área de administración.Según la NFCC, una de las mayores causas de divorcio son los problemas financieros."Actuar hoy le puede ayudar a prevenir un desastre después", expresa Cunningham.Una opción, según el experto, es recibir asesoría financiera. Los Anaya acudieron a un consejero financiero para que los ayudara a organizar todos sus finanzas y esto los ayudó mucho."Antes no sabíamos cuánto gastábamos en total al mes, ahora nos damos cuenta de eso", expresa Elsa.
Póngalo en práctica
Aunque el amor y las finanzas son dos temas complicados, las parejas deben aprender a vivir con ambos y a tratar de modificar ciertas actitudes.
La psicoterapeuta Mabel Iam, señala que: "justamente, ése es el desafío de la pareja y al mismo tiempo el dulce aprendizaje que tenemos que hacer".
Para evitar que su matrimonio o unión termine con su pareja, la NFCC recomienda que ponga en práctica lo siguiente:
- Trate de hablar de finanzas cuando esté tranquilo y no se exalte.
- Converse de manera informal, la seriedad del tema, respetando la opinión de su pareja.
- Investigue la actitud financiera de su pareja. Por lo regular su actitud tiene mucho que ver con su niñez y la manera en que sus padres manejan su dinero.
- Tome en cuenta que uno de los dos va a ser el gastador y uno el ahorrador. Hay beneficios que aprender de cada uno.
- Construya un presupuesto para los dos que incluya ahorrar. Aunque los ingresos de dos parezcan más, los gastos también crecerán.
- Decida quién de los dos va hacerse responsable de hacer los pagos mensuales. Es probable que alguno sea el mejor.
- Es bueno que cada uno tenga la independencia de gastar una cantidad fija en sí mismo.
- Discuta cualquier documento legal que quiera establecer o cambiar, como un testamento o últimas voluntades.
- Fije metas familiares a largo y corto plazo.
- No se culpe uno al otro. Eso impide una comunicación fluida.

viernes, 25 de marzo de 2011

Excusar o justificar el poco o nulo amor recibido

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Es duro aceptar que no nos quieren con todas las ganas. Y no me refiero solamente al placer que produce el sentirse amado, sino a la autoestima implicada. Cuando la persona que amamos nos quiere a medias, con limitaciones y dudas, la sensación que queda es más de agradecimiento que de alegría, como si estuvieran haciéndonos un favor.
Una buena relación no permite reparos afectivos. Cuando el sentimiento vale la pena, es tangible, incuestionable y casi axiomático. No pasa desapercibido, no requiere de terapias especializadas ni de reflexiones profundas. Se destaca y se nota. Como decía Teilhard de Chardin: “¿En qué momento llegan los amantes a poseerse a sí mismos plenamente, si no es cuando están perdidos el uno en el otro?”.
Si hay dudas, el afecto está enfermo. Sanarlo implica correr el riesgo de que se acabe; dejarlo como está es hacer que el virus se propague. La persona apegada siempre prefiere la segunda opción.
1: “Me quiere pero no se dá cuenta”
Este pensamiento está sustentado en una idea totalmente irracional. Cuando una persona está enamorada lo sabe, lo siente, lo vive en cada pulsación, porque el organismo se encarga de avisarle. No pasa desapercibido. El amor llega como un huracán que rompe todo a su paso. Los síntomas son evidentes, tanto a nivel fisiológico como psicológico. Si alguien no se diera cuenta de que el amor lo está atravesando de lado a lado, deberíamos pensar en algún daño neurológico incapacitante, quizás una esquizofrenia catatónica, un autismo avanzado o algún tipo de mongolismo enmascarado. El amor nunca es ignorante. Si alguien no sabe que te quiere: no te quiere.
2: “Los problemas psicológicos que tiene, le impiden amarme”
La mayoría de las personas dependientes que no se sienten amadas tienden a justificar el desamor de su pareja mediante causas psicológicas o traumas infantiles. Las razones más comunes abarcan timidez, introversión, miedo a entregarse, problemas de personalidad, mala crianza, o el famoso Edipo no resuelto. Un número considerable de mujeres y hombres rechazados afectivamente inician una romería de especialista en especialista, para hallar algún tipo de alteración (ojalá curable) que explique la indiferencia de su pareja.
Es cierto que algunos desórdenes psicológicos pueden producir un descenso transitorio en la capacidad de amar, como es el caso de la depresión. También es verdad que existen trastornos de la personalidad que bloquean todo contacto afectivo (por ejemplo, los esquizoides). Incluso hay alteraciones de origen hormonal/metabólico que merman el placer del intercambio afectivo. Sin embargo, la mayoría de las veces no se llega al desamor por una afección orgánica o psicológica, sino por puro desgaste. Un buen día, el amor, supuestamente inalterable y ultrarresistente, se derrumba sobre sí mismo; sencillamente se acaba o nunca existió. Aunque nos resistamos a creerlo, si el afecto se descuida puede extinguirse para siempre.
Como es obvio, es menos doloroso creer que el alejamiento de la persona amada se debe a una anomalía y no al desafecto. Decir, “Está enfermo”, no duele tanto como decir, “Se cansó de mí”. Al menos en el primer caso queda la posibilidad de alguna droga milagrosa (quizás un Viagra afectivo), y en el segundo, si somos dignos, sólo queda hacer mutis por el foro.
Si los problemas psicológicos que tiene tu pareja le impiden brindarte el cariño que necesitas, ayúdala. Si pese a saber tu sufrimiento no pide ayuda, cuestiona su amor o su cordura. Y si no hay alteraciones evidentes a la vista, acércate con discreción: es posible que la causa del desamor no sea más que desamor.
3: “Esa es su manera de amar”
Nadie niega que hay estilos personales en la manera de amar, pero algunos son francamente sospechosos. Por ejemplo, si la “manera de amar” de mi pareja incluyera antipatía, indiferencia, egoísmo, agresión e infidelidad, no me interesaría acoplarme a su modo afectivo. Más aún, si fuera capaz cuestionaría seriamente la relación.
4: “Me quiere, pero tiene impedimentos externos”
De acuerdo con la ciencia moderna, los hombres somos especialmente sensibles al estrés. A esta causa se le han achacado todo tipo de incompatibilidades con el normal desarrollo del amor, desde la impotencia (lo cual es cierto) hasta el desamor (lo cual no es cierto). Trabajo excesivo, sobregiros, agresión o cansancio crónico, cualquier excusa es buena para explicar (en el fondo, para justificar) la lejanía afectiva. De acuerdo con lo que sabemos en psicología, los problemas externos pueden producir irritabilidad, cansancio y algo de mal humor, pero no necesariamente desamor. Uno no deja de querer a la pareja porque está cansado, más bien la busca para acurrucarse. Cuando un individuo está preocupado e intranquilo, el compañero o compañera puede ser el soporte, el oasis donde reposar. Pero si el afecto es débil, la pareja puede convertirse en un condena más.
Las vicisitudes de la vida diaria pueden alterar y destemplar un poco el amor, pero no lo anulan. Eso es puro cuento. Si solamente te aman cuando no hay problemas, tu amor ya entró a cuidados intensivos. Se recomienda atención inmediata.
5: “Se va a separar”
En la vida hay cosas que no se piden, porque deben darse de motu propio. Si tienes que presionar, acosar y amenazar a la persona que amas para que se separe, vas por mal camino. Si tienes que presionar, acosar y amenazar a la persona que amas para que se separe, vas por mal camino. Muchas veces decir, “No puedo separarme”, significa en realidad. “No tengo el coraje de hacerlo”. El principio es concluyente: si verdaderamente te amaran hasta las últimas consecuencias, estarían contigo.
6: “Minimizar los defectos de la pareja o la relación”
Las personas apegadas tienden a reducir los defectos de su pareja al mínimo, para hacer más llevadera la relación y disminuir los riesgos de ruptura. Cuando la minimización se exagera, se convierte en negación: “Todo está bien”, “No hay problemas” ó “Todo es soportable”. El apego tiene la peligrosa propiedad de amplificar las virtudes y achicar las deficiencias según convenga. Todo el sistema de procesamiento de información se coloca al servicio del autoengaño. La estrategia es incrementar la indulgencia para que las cosas no se vean ni duelan tanto. La estrategia del avestruz.
7: “Nadie es perfecto” ó “Hay parejas peores”
La comparación cínica confirmatoria consiste en dar a la excepción el estatus de regla. Estas personas no ven el árbol por ver el bosque.
El típico argumento, “Los hay peores”, automáticamente quita importancia a cualquier defecto. Lo rebaja, lo aplasta o lo hace desaparecer, porque siempre es posible encontrar a alguien en peor estado. Como si la estadística, por pura comparación, tuviera la extraña virtud de embellecer lo feo y sanar lo malo.
El apego nos hace ver lo anormal como normal, invierte los valores y revuelca los principios.
8: “No es tan grave”
El mecanismo utilizado en estos casos es el de mermar las deficiencias, minimizando las consecuencias. O sea: “Nada es tan grave” ó “Mi tolerancia no tiene límites”. Un adicto afectivo disfrazado de buen samaritano, buscando retener a su pareja a como dé lugar.
Decir que nada es importante significa eliminar de cuajo las aspiraciones, los deseos y los principios personales. La flexibilidad es buena, siempre y cuando no se quiebre la propia individualidad. El aguante por el aguante siempre huele a rancio y termina por subir los umbrales de la tolerancia a límites indecentes. La docilidad es la estrategia ideal para los que no quieren o no pueden independizarse. Nos guste o no, hay cosas que sí son graves, insoportables y radicalmente no negociables. El color de rosa indiscriminado y sensiblero es un invento de los que no quieren ver.
9: “No recuerdo que haya habido nada malo”
Algunas personas dependientes manifiestan una clara distorsión a la hora de recuperar información: se olvidan de los problemas y recuerdan solamente las buenas cosas de la relación.
Si estás en el plan de terminar una mala relación, no puedes olvidar las experiencias negativas. Por el contrario, las debes incorporar con beneficio de inventario. No se trata de magnificarlas y volverse obsesivo (el odio no es lo opuesto del amor), sino de darles el puesto que se merecen. Si su pareja te ha maltratado, ha sido infiel o te ha explotado en algún sentido, estos hechos cuentan (¡y de qué manera!), a la hora de tomar decisiones. Negar o evitar esa realidad te conduciría indefectiblemente a repetir los mismos errores en otras relaciones.
Esculcar en el pasado afectivo de una relación perniciosa, sin ensañarse con el otro y dejando a un lado el resentimiento, puede resultar benéfico y saludable para los que ya están cansados de sufrir. No se trata de maquinar venganza o tomar desquite, sino de ver hasta qué punto se justifica invertirle energía positiva a un amor en decadencia.
10: “Todavía me llama”,“Todavía me mira”,“Todavía pregunta por mí”
La necesidad de mantener el amor a toda costa, puede llevar a interpretar ciertos hechos aislados como indicadores de que todavía hay amor. Una llamada telefónica de la persona que “supuestamente” nos ama, puede estar motivada por muchas cosas distintas al amor: una simple nostalgia pasajera, confirmar un chisme, sentimientos de pesar o de culpa.
Una mirada puede significar que todavía le gustas a tu “ex”, pero eso nada tiene que ver con el afecto. Puede tratarse de “atracción recordatoria”, reminiscencias hormonales o incluso estéticas. Una mirada puede estar originada en la intriga de ver “cómo se vistió o con quién anda. Si la mirada está impregnada de picardía y seducción, es posible que haya algo más, pero no significa necesariamente proximidad afectiva.
El amor no es un mapa de indirectas y claves que hay que descifrar las veinticuatro horas para saber cuándo, dónde y cómo nos van a amar. En una buena relación no hay mucho que traducir porque se habla el mismo idioma, y aunque existen dialectos, son variaciones de una misma lengua. La mejor manera de ser un buen decodificador afectivo es conectar la antena a tierra.
11: “Todavía hacemos el amor”
Como vimos en el apartado del apego al sexo, la sexualidad puede moverse exclusivamente en el terreno de lo fisiológico y crear adicción. Se puede hacer sexo sin hacer el amor, o se puede tener sexo sin tener amor. Cualquier persona puede apegarse sexualmente a otra, aunque no haya afecto. En un número considerable de parejas separadas, el deseo sexual sigue presente, no obstante que el afecto haya desaparecido. En otros casos, a pesar de haber tenido una relación sexualmente fría, la libido se alborota inesperadamente después del distanciamiento. De la noche a la mañana, la “ex” o el “ex” comienzan a transformarse misteriosamente en los seres más sensuales y eróticos del universo. Una atracción tardía y desconocida hasta entonces hace su aparición, sacude el sistema límbico y los impulsa a un éxtasis de consecuencias impredecibles.
La verdadera problemática surge cuando el sexo se convierte, ilusamente, en la prueba reina de que el amor está vivo. Seguir haciendo el amor con la persona que queremos, pero que no nos corresponde, es un disparate. Cada encuentro clandestino es la confirmación de un “sí” con sabor a “no” , y una afrenta para la autoestima. La esperanza en carne viva. No olvidemos que ser deseable no implica ser querible. En suma: deseo no es amor.
12: “Todavía no tiene otra persona”, Todavía está disponible”
El pensamiento que alimenta la esperanza del reencuentro es el siguiente: “Si la persona que quiero aún sigue sola, tengo oportunidad”. O, en una versión más entusiasta y atrevida: “Soy irremplazable” o “No ha podido olvidarme”.
Si embargo, los hechos también pueden significar otra posibilidad menos optimista y más dolorosa: “La persona que amo prefiere estar sola a estar conmigo”. Mortal para cualquier ego.
Si la persona que dices que te quiere prefiere estar sola a estar contigo, pon en duda su amor. Por definición, ningún enamorado, pudiendo elegir, prefiere la soledad afectiva a estar con la persona amada. En estos casos, es mejor irse con el amor a otra parte.
13: “Se va a dar cuenta de lo que valgo”
Es posible que en ciertos casos esta afirmación tenga asidero en la realidad, y algún día la persona que hoy nos rechaza caiga en cuenta, se arrepienta sinceramente y haga un reconocimiento público del viejo amor perdido. Pero el problema es de tiempo, es decir, ¿cuándo?
¿Cuánto hay que esperar? ¿Semanas, meses, años? ¿Se justifica la demora? ¿No es mejor oxigenar la vida con alguien que no necesite retiros espirituales y ausencias lejanas para reconocer que somos queribles? A pesar de que el sentido común sostiene que las cosas hay que perderlas para valorarlas, desde mi punto de vista y refiriéndome exclusivamente a una cuestión de respetabilidad personal, el solo hecho de que tengan que “perderme” para “valorarme” es ofensivo, además de fastidioso.
Si eres una de esas personas que están esperando la evaluación, a ver si pasaste el examen como pareja, recuerda que no eres un objeto de compra-venta. El evalúo afectivo siempre es insultante. Empero, si lo anterior no te ha convencido, quizá las estadísticas logren despabilarte: los que dudaron afectivamente una vez, vuelven a dudar. Puede haber más exámenes. Es mejor no vivir en ascuas. Si no te aman hoy, no te aman.
14: “Dios me va a ayudar”, “Me hice echar las cartas” o “Me hice la carta astral”
Cuando las tácticas de recuperación mágico-religiosas se activan la cosa está grave: la desesperación ha tocado fondo. Poner la solución afuera es cómodo, pero también arriesgado porque desvía nuestra atención de la realidad y nos vuelve cada vez más incompetentes.
15: “Intentaré nuevas estrategias de seducción”
En oposición al anterior esquema, este pensamiento implica poner el problema adentro, pero demasiado adentro: “La persona que amo no está conmigo porque no he sabido retenerla; si mejoro mis habilidades de conquista, la volveré a recuperar. Por desgracia, la restitución afectiva no es fácil de lograr.
Aunque parezca obvio, para que la reconquista afectiva pueda ocurrir debe haber alguien dispuesto a ser conquistado. El amor no es como la guerra o la toma por el poder (el amor perdido no se restablece mediante el acoso y la persecución obsesiva). En las lides afectivas, la conquista obligada recibe el nombre de violación. Si el otro está en un estado de desamor agudo, es mejor no hacer nada y dejar que la alteración siga su curso. Pero los apegados suelen entrar en pánico y comportarse irracionalmente.
La recuperación de la pareja perdida, si acaso fuera posible, no se logra con dos o tres cambios superficiales de comportamiento. Las relaciones afectivas obedecen a una historia particular, especial y no reproducible, que determina su esencia básica y un perfil interpersonal único. Desconocer esa evolución puede llevar a actitudes facilistas que en nada ayudan a fortalecer el vínculo.
Si quieres intentar un plan de reconquista, no lo hagas a la ligera. Primero debes tener muy claras las causas de la ruptura, el diagnóstico, la explicación de por qué no funcionó, a ver si tienes oportunidad de alcanzar el objetivo. No te hagas falsas expectativas: cuando una relación anda mal, el remedio suele ser complejo y difícil de aplicar. Los “pañitos de agua tibia” pueden calmar el malestar, pero no eliminan la infección.
16: “Mi amor y comprensión lo curarán”
Cuando no convertimos en redentores, consejeros o psicólogos de la persona amada, distorsionamos la esencia del amor. He conocido gente (sobretodo mujeres) cuyo objetivo afectivo es redimir al pecador o curar al enfermo. Por desgracia, y sin pecar de pesimista, la experiencia ha demostrado que el supuesto poder de curación del amor de pareja deja bastante que desear. Por el contrario, el amor mal dosificado (a veces llamado incondicional) puede producir ganancias secundarias y reforzar el comportamiento que, precisamente, se pretende cambiar. Por ejemplo, querer curar a una persona infiel crónica dándole amor a granel y siendo tolerante con sus engaños, es una inocentada con rasgos de complicidad. De manera similar, pretender que un alcohólico controle su adicción exclusivamente mediante afecto indiscriminado, es casi imposible. Los que están en Alcohólicos Anónimos saben mejor que nadie que el amorpor sí solo no es suficiente para modificar una conducta adictiva.
Algunas personas con vocación de mártires deciden “adoptar” a la pareja y echarse al hombro la reparación de todos sus males. Sin más armas que un amor brioso y desbordante de optimismo, emprenden la rehabilitación del ser amado: “Mi amor lo hará cambiar”, “Cuando se sienta amado, se dará cuenta de sus errores” o “El amortodo lo puede” (algo así como el Club de “Sanadores Afectivos”).
Aunque los románticos entren en crisis y el idealismo amoroso se vuelva añicos, el realismo afectivo es imprescindible para poder desapegarse. Nadie niega que el amorsea el principal motor de la relación de pareja; lo que estoy afirmando es que de ninguna manera es suficiente per se para que una relación prospere. El sentimiento afectivo en estado puro no alcanza a colmar las expectativas de una buena convivencia y tampoco basta para que la persona amada se cure o recapacite. El amor no es tan poderoso.
En los dilemas afectivos, las personas apegadas no quieren perder ningún beneficio. No importa qué tan enfermiza sea la relación, lo fundamental es conservar a la persona amada, así sea de a pedazos. El miedo a quedarse sin afecto los lleva a establecer metas incompletas, postergaciones amañadas y remedios insuficientes.
17: “Voy a dejarlo de a poquito”
A no ser que se trate de un paciente internado y bajo control médico directo, alejarse paulatinamente de la fuente de adicción no es la estrategia más recomendada. “Voy a consumir cada día menos crack”, puede resultar risible para los que saben del tema. La adicción no se rompe lentamente. Puede haber retrocesos, avances y recaídas, pero la lucha es a muerte. Para una persona con predisposición a la adicción, no hay medias tintas. Un sorbo, una fumada o el mínimo consumo puede ser definitivo para que la oscura puerta del vicio vuelva a abrirse. “Voy a dejar a la persona que amo porque no me conviene, pero poco a poco”, es como decir que me inyectaré menos. Es un típico autoengaño. En realidad, lo que queremos es prolongar la permanencia del estimulante afectivo.
18: “Solo seremos amigos”
Cuando una relación se rompe, es prácticamente imposible ser amigo o amiga de la persona que todavía se ama. Los que defienden lo contrario no sabe de qué están hablando.
Para sobrevivir a la pérdida, algunos adictos afectivos se inventan un engendro amoroso que no es ni una cosa ni la otra: el “amigovio”, una mezcla de amigo adelantado y novio venido a menos, con toqueteo incorporado. No tardarán en aparecer variaciones sobre el mismo tema. Es posible que comencemos a ver “esposovios” (esposos que parecen novios), “amantosas” (una mezcla de amante, esposa y ventosa” y otros experimentos afectivos que permitan mantener la ilusión de un encanto que ya no existe.
19: “Sólo seremos amantes”
Un amante enamorado es un amante desubicado. Los juegos de placer, los ratos descansados, la pasión fluida y alegre que deben caracterizar a los buenos amantes, se convierten con la adicción en una maraña afectiva, un nudo gordiano donde cada intento por deshacerlo lo hace más fuerte.
Convertirnos en amantes de la persona amada, con la excusa de no alejarnos del todo, es la peor de las decisiones. No solamente impedimos la elaboración del duelo, sino que perpetuamos el sufrimiento por tiempo indeterminado. Y si la relación era muy mala o poco conveniente, peor, porque desperdiciamos una buena oportunidad para terminar de una vez por todas con la tortura de estar mal emparejado.
A manera de conclusión
Como habrás podido ver, la mente apegada utiliza infinidad de subterfugios y engaños para intentar salvar el amor extraviado. No importa qué tan inconveniente o dañino sea, la adicción afectiva no mide consecuencias. Es ciega por naturaleza.
Si estás en una relación enfermiza y tienes miedo de salirte, o has perdido a la persona que amas y no eres capaz de aceptarlo, es probable que utilices alguno de los diecinueve pensamientos perturbadores señalados. Todos obedecen a la misma necesidad: retener la fuente de apego mediante el autoengaño.
El principio del realismo no pide demasiado, porque no hay mucho que aprender sino desaprender. Quedarte quieto y mirar la realidad afectiva en la cual estás inmerso, es lo único que debes intentar. Si logras observar las cosas como realmente son, dejando los sesgos y las mentiras a un lado, tus esquemas irracionales comenzarán a tambalear. Aunque te duela el alma y tu organismo entre en crisis de abstinencia, no hay otro camino. La liberación afectiva y la ruptura de los viejos patrones de adicción no toleran la anestesia, porque las grandes revoluciones siempre exigen atención despierta. Además, tal como decía Kalil Gibrán: “Si no se rompe, ¿cómo logrará abrirse tu corazón?”

miércoles, 23 de marzo de 2011

CONFÍA EN VOS ! UNA CUESTIÓN DE QUERER ...

Empezaste a salir con una chica, con una que te gusta (y mucho).
¡Que bien!
Querías que te diera bola… Y te la dió!
Ahora… A partir de que la tenés, comienza en vos (y es logico que así sea, aunque la lógica no siempre va de la mano de la coherencia) el miedo de perderla.
Digo que “es lógico” porque antes no la tenías… Así que no podías sentir el miedo de perder lo que no tenías.
Y digo que la lógica no implica siempre coherencia…. Porque muy bien puede carecer por completo de coherencia, de asidero, el miedo de perderla .
Pero vos lo sentís… Al margen de argumentos vos lo sentís.
No querés que nadie te la saque… La querés para vos.
Bien.
Este es el momento, para usar una imagen a la cual recurro con frecuencia, en el cual tenés que parar la pelota, levantar la cabeza, mirar alrededor, y posicionarte en el partido.
A ver, te pregunto: ¿como era el hombre que se levantó a esa mina que temés perder?
Y vos me contestás: -y bueno.. Alto, de pelo castaño, flaco….
No no no no
No te estoy preguntando tus características físicas…. Empecemos de nuevo, y con otra serie de preguntas, a ver si ahora me las contestás bien:
-¿Era un tipo con confianza en si mismo?
Me contestas: -”si, claro que tenía confianza en mi mismo”
-¿y ahora temés perderla?
Me contestas: -”y…. Si… Claro… No te voy a negar que temo perderla”
-¿Porqué? ¿ya no te tenés confianza en vos mismo? ¿te tuviste confianza para ir al frente -y te la ganaste- y ahora te falta confianza para simplemente conservar lo que tuviste el valor de conseguir?
Me contestas: ¡gulp!….
Muy bien: fijate algo: el tipo que se la ganó (vos mismo) eras vos mismo, pero con una dosis de autoestima, de seguridad, de confianza, de serenidad.
El tipo que teme perderla, perdió (antes que a ella) la seguridad, la serenidad, la confianza, la autoestima.
Y ella lo nota (ellas siempre notan todo: las mujeres son los seres mas perceptivos que hay).
Entonces, ella nota en vos algo que supone que no había visto antes.
Y no lo había visto antes… Porque vos no eras así: capaz tu forma de ser fue lo que la sedujo, mucho mas que tu color de pelo, tu altura, tu delgadez.
Con lo cual (si no estoy errado, y me temo que no lo estoy) vos mantuviste todas tus características físicas…. Pero ya no sos la persona de la cual ella se enamoró.
La celás, le desconfias, le andás atrás, la controlás….
Y ella se cansa de eso.
Y como se cansa, bien podés perderla por el mismo miedo de perderla.
Por eso mi consejo del título: “confiá en vos”.
Confiar en vos es una de las cosas que nadie puede hacer por vos.
Y si bien nadie nos asegura la fidelidad de una persona amada ante la aparición de una tercera persona (hecho éste que no podemos evitar ni controlar), hay algo que si podemos evitar y controlar…. Porque depende de nosotros:
Si la mujer que se enamoró de vos valoró tu Confianza  , tu seguridad… Vos podés evitar perder esos atributos.
No vas a evitar que aparezca otro tipo en la vida de tu mujer, de la misma forma que no podemos evitar en invierno el riesgo de una gripe.
No depende de nosotros la gripe… Depende de virus que andan revoloteando por ahí (casi como andan revoloteando los buitres que te pueden sacar a la mujer que amas).
¿y que defensa hay contra esos virus?
La defensa no es otra que la de tener un organismo sano, fuerte, confiable, resistente.
O sea, que defensa hay…. Al menos hay una que depende solo de vos.
Porque si bajás la guardia, si no te cuidas, si te debilitás…. Los virus (y los buitres) van a hacer de las suyas sin resistencia alguna.
La moraleja de esta lección de filosofía y doctrina, muy vinculada con algunos otros puntos que hemos tratado, es sencilla:
Tan sencilla que ni siquiera se trata de que cambiemos…. Sino de que “no cambiemos”.
Se trata de que seamos la misma persona que consiguió que ella se fije en nosotros (primero) y se enamore (después).
Se trata de que no cambiemos por temor a perderla…. Porque eso sería como bajar las defensas ante los virus (cuando mantenerlas altas, como siempre las tuvimos, es la mejor forma de resistirlos exitosamente).